jueves, 20 de enero de 2011

Quiero pero no quiero!

En ocasiones nos suceden cosas como las del título de este artículo. Queremos hacer algo, pero pareciera que en nuestro interior, una parte de nosotros no quisiera hacer o lograr eso que queremos. Y así nos sometemos a una especie de presión psicológica que nos coloca “entre la espada y la pared”.

 

La solución a esto no es precisamente tomar una flor de margarita y deshojarla diciendo “lo hago… no lo hago… lo hago… no lo hago” y esperar a que se acaben las hojas y tener la decisión.

 

Esta especie de conflicto interior es muy común en ciertas metas, en las que conscientemente queremos algo e inconsciente/subconscientemente queremos algo distinto. No necesariamente la parte consciente es la buena y la subconsciente la mala. Veamos un par de ejemplos bastante comunes:

 

1.      “Quiero dejar de fumar, pero es que se siente tan agradable al hacerlo”

2.      Quisiera tener dinero, pero es que me parecen unos explotadores las personas adineradas.

 

Cuando mantenemos dos ideas opuestas en nuestra mente, no solo no avanzamos hacia lo que queremos lograr. Terminamos haciendo/teniendo/logrando lo contrario a lo que deseamos. Para nuestros ejemplos anteriores; la persona termina fumando (aunque quiere dejar de fumar) o no teniendo el dinero (si quisiera tenerlo).

 

Las ideas antagónicas dentro de nosotros sencillamente nos paralizan, nos inmovilizan y a la vez nos mantienen aquello que quieres lograr.

 

En otras ocasiones, la idea inconsciente no está siempre explícita. Por ejemplo, alguien pudiera expresar: “no sé por qué no puedo dejar de fumar”. Y puede que incluso sienta desagrado al hacerlo. Y lógicamente podríamos preguntarnos “entonces porqué lo hace?”.

 

De un ejemplo como el anterior, pueden desprenderse distintas respuestas. Respuestas que muchas veces tienen la forma de un virus mental. Por ejemplo, alguien podría decir algo tan simple como: “es que creo que no tengo la fortaleza para dejarlo”. Allí simplemente está expresando un virus mental; una EXCUSA. Excusa que puedes empezar a debilitar haciéndote ciertas preguntas como las que exponía en el artículo VIRUS MENTALES.

 

 

Recuerda: cuando te encuentres en un momento de dilema, en el que quieres algo y a la vez no, estás experimentando el efecto de algún virus que te aleja de tu objetivo. Pero al detenerte y analizar este echo, asumiendo conscientemente la existencia de una creencia limitante o virus mental, rompes con ese esquema habitual en el que antes lo asumías como algo que simplemente ocurría y ya, rompiendo así ese patrón de resultados contrarios a tus expectativas.

 

 

Que tengan un Feliz Miércoles Navideño 19 de Enero

 

Franly Agostini

 

 

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